valoración
El terror que sigue a la violencia; el nacimiento después de la muerte.Dormido, abre los ojos y bosqueja palabras en un idioma que es su madre y el fin, no el medio. Se calla y no recuerda al llegar su futuro.
El tiempo le regaló esa fuerza ficticia que no mata, inofensiva como él. La juventud, el placebo, también de mentira. Ambos actantes impíos en la fase de capacidad.
Ni el pasado ni el amor-comida logran conectarlo, está un poco aquí y un poco donde siempre; quién sabe dónde más.
Hoy no lo conozco y él tiembla de frío.